Siglos de espera.

Solitario en la montaña, en sólo una cosa es posible pensar, ese grandioso nombre retumbando una y otra vez en mi cabeza, ese nombre lastimando mis oídos.
¿Hasta cuando seré capaz de deshacerme de este dolor?

Esa pregunta una y otra vez sonaba en mi mente. Perdía el control cuando pensaba en aquel día en que fue condenado a morar en la tierra de los hombres. Parece que fue sólo hace unas horas. Es increíble como el rencor puede hacer que el tiempo pase tan lento.

He visto morir generación tras generación desde entonces, pero en ninguna de esas muertes he podido encontrar satisfacción.

Sólo hay una vida que puede traerme la tranquilidad. No temo a ningún dios. Tomo el mango Windeliere mi espada y miro fijamente hacia el cielo.

Romperé los cielos si es necesario... Pero juro que destruiré todo lo que amas.