La oscuridad de los hombres.

Araw se encontraba caminando por la ciudad. El rumor de que un Nigromante estaba cerca era cada vez más fuerte. La mente de Araw sólo pensaba en el Nigromante, quería verle en persona, quería encontrarlo.

-Definitivamente, los callejones son lo más oscuro que se puede encontrar en las ciudades de los hombres. Para desgracia de ellos, es lo más oscuro que jamás verán.
Me sorprende que aún existan criaturas que desconozcan el gran poder del Nigromante, si este al que llama Nigromante, en realidad lo es, entonces...

Araw interrumpió sus pensamientos, colocó su rodilla derecha en el suelo y apoyando su mano izquierda sobre su otra rodilla, tomó un poco de tierra y piedras del suelo y se dijo a si mismo: -Sigues oliendo a muerte...

Lentamente se incorporó y se puso de pie de nuevo, siguió caminando disfrutando de la oscuridad de aquel sutil callejón.